
Cuando se pierde la patria potestad
Autoridad es obligación de los padres mantener, educar y educar a sus hijos en el pleno respeto de su personalidad. Los padres representan a los hijos menores en todos los actos civiles y administran sus bienes. Por ley, el menor permanece incapacitado hasta los dieciocho años, por lo que los padres deben responder hasta ese momento en nombre de los hijos. Este poder se define patria potestad (artículo 316 del código civil).
Esto significa que los padres, hasta la edad de los hijos, son los representantes legales y como tales poseen una serie de derechos pero sobre todo obligaciones. Pero, ¿qué pasa si la conducta de uno de los padres causa un daño grave al niño?
responsabilidad de los padres
A lo largo de los años, la institución de la patria potestad ha sufrido evoluciones interpretativas que han rediseñado sus contornos, llegando hoy a señalar que conjunto de derechos y deberes, atribuidos a los padres por ley para proteger a los hijos menores no emancipados, destinadas a promover el sano y armonioso crecimiento psicofísico y al cumplimiento de los deberes de educación, formación y mantenimiento, sancionados tanto a nivel constitucional como codicístico. Las referencias normativas a tener en cuenta son las siguientes:
- El arte. 30 de la Constitución se expresa en este sentido:
es deber y derecho de los padres mantener, instruir y educar a sus hijos, aunque hayan nacido fuera del matrimonio
Como es claro, esta regla otorga a los padres un derecho subjetivo perfecto, identificando en sus cabezas un interés activo por la educación, la manutención y la educación.
- El arte. 147 del Código Civil establece que:
El matrimonio impone a ambos cónyuges la obligación de mantener, instruir, educar y asistir moralmente a sus hijos, respetando sus capacidades, inclinaciones naturales y aspiraciones...
Este artículo, haciendo una precisión respecto del precepto constitucional, identifica cuáles son los límites dentro de los cuales puede ejercerse la patria potestad, reconociéndolos respecto de las capacidades, inclinaciones naturales y aspiraciones de sus hijos.
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Pero, ¿qué sucede si el padre o la madre incumple los deberes que le indica la ley? ¿Qué sucede si existen hechos que perjudican al menor? En el caso de que un progenitor abandone todo interés por el menor o lleve a cabo una conducta grave hacia el mismo menor, dicha conducta sólo puede ser considerada como perjudicial para la integridad psíquica de la descendencia, porque está marcada por el abandono absoluto y porque tiene, en todo caso, creaba un malestar y un malestar correspondientes a la renuncia a la autoridad.
La patria potestad no es una libertad personal absoluta de la madre o del padre, sino una derecho y deber de cuidar a los niños y proteger el desarrollo de su personalidad. Es, por tanto, funcional al interés de los hijos menores y, por ello, fracasa cuando les perjudica en lugar de protegerlos. Una vez investido de la tarea de juzgar la solicitud de revocación de la patria potestad, por lo tanto, el juez debe evaluar si la conducta de los padres es realmente perjudicial para el niño y qué consecuencias podría tener la revocación de la patria potestad, nuevamente en interés de ésta.
Razones para el decomiso
El juez puede pronunciar la extinción de la patria potestad (art. 330) cuando el progenitor:
- es violento o abusa de los niños (maltrato en la familia, violencia, lesiones, etc.).
- viole o descuide los deberes que le son inherentes, o abuse de las facultades relativas con perjuicio grave para el hijo;
- no tiene en cuenta las capacidades, inclinaciones naturales o aspiraciones de los hijos también a los efectos de las opciones de manutención, educación o crianza;
- abuso de las facultades que le atribuye la misma autoridad, por ejemplo, en la hipótesis de continuas humillaciones, violencia verbal, castigos excesivamente severos, etc.
La evaluación de la gravedad de la conducta de los padres se deja al juez. Cuando las causas del decomiso sean especialmente graves, como en el caso de negligencia, descuido o maltrato, el juez también puede ordenar la separación del padre del hijo.
Cómo obtener la prestación de caducidad de la patria potestad
El arte. 336 cc. indica que con una apelación, un padre (u otros parientes o el ministerio público) puede solicitar una provisión para la pérdida de la patria potestad contra el otro padre. El tribunal, una vez obtenida la información, actúa en sala de consejo; dispone también a escuchar al hijo menor que haya cumplido los doce años y también al menor si es capaz de discernir. En caso de necesidad urgente, el tribunal podrá adoptar, incluso de oficio, medidas temporales en interés del niño.
Efectos de la declaración de caducidad
La disposición de decomiso implica para el progenitor la suspensión de la titularidad y del ejercicio de la patria potestad; a pesar de ello, sigue estando gravado con todos los deberes, incluido el de alimentos, cuyo cumplimiento no es incompatible con los efectos de la sentencia. Si bien la custodia exclusiva es un remedio residual, también juega un papel sumamente importante en la disciplina de la crisis de convivencia y ello porque el canon general expresado por el derecho a la biparentalidad no debe entenderse como excluyente y obligatorio.
Es claro que si la medida de caducidad se pronuncia contra un solo progenitor, el ejercicio de la patria potestad será responsabilidad exclusiva del otro progenitor. En caso de que la decomiso afecte a ambos padres o al progenitor que ejerza exclusivamente la responsabilidad, se podrá disponer el acogimiento del menor fuera de la familia, con atribución a terceros, o a instituciones públicas, del ejercicio de la patria potestad.
Duración de la pérdida de la patria potestad
La pérdida de la patria potestad no se aplica para siempre: el padre puede ser reintegrado a la patria potestad (siempre con disposición del juez) cuando cesen las causas del decomiso y ya no exista peligro de perjuicio para los hijos. En conclusión, es claro que la legislación tiene como principal objetivo el de proteger los intereses del menor de la mejor manera posible, no involucrarlo en la crisis conyugal y al mismo tiempo imponer a cada uno de los padres que asuma todas las responsabilidades y compromisos relacionados con su rol. Además, quiere difundir en la comunidad la idea de que ambos padres tienen un papel de fundamental importancia para el crecimiento de los hijos, cuyas responsabilidades deben compartir siempre, de manera igualitaria.