
Contenido
- 1 Destete: cuándo empezar
- 2 Destete precoz a los 4-5 meses
- 3 Por qué empezar a destetar
- 4 Consejos prácticos para iniciar el destete
- 5 Destete: cómo empezar
- 6 Destete: la importancia de la trona
El destete es una de las etapas fundamentales en la vida de nuestros hijos, pero casi siempre viene acompañada de un poco de ansiedad. ¿Cómo reaccionará mi bebé a la novedad de la comida? ¡Buena pregunta! Algunos inmediatamente abren la boca, lo cual es una belleza. Para otros, en cambio, parece que en lugar de papillas y papillas les damos veneno: bocas cosidas, cuchara inaccesible y sémola aplastada por todas partes. Por eso, en cualquier caso, hay una cosa de la que mamá debe abastecerse antes de empezar: paciencia. Mucha, mucha paciencia.
¡Lejos de nosotros hacer "terrorismo" en el destete! Por el contrario, queremos tratar de entender cuándo es el momento adecuado para empezar, cómo y con qué hacerlo. En principio, es un proceso que tiene lugar dentro del primer año de vida del bebé. Según el esquema clásico, la inserción de los alimentos se realiza de forma gradual desde los 6 a los 12 meses aproximadamente. Sin embargo, existen diferentes modelos, mucho más flexibles que los que estaban en boga hasta hace un tiempo. Cada pediatra sigue una línea diferente y es justo confiar en él también para el destete, así como para todo lo demás. Seguro que encuentras las diferencias entre los más "old style" y los más modernos, que también podrían ofrecer autodestete.
Destete: cuándo empezar
Según prácticamente todas las pautas, hasta los 6 meses la alimentación de un recién nacido debe ser exclusivamente a base de leche. Materno o artificial no importa, pero si es leche. Por la misma razón, no se debe administrar agua ni infusiones de varios tipos. En la leche ya está todo lo que necesita un bebé, incluida el agua.
En general, por tanto, digamos que el momento adecuado para iniciar el destete es a los 6 meses. En este momento, el niño ya debería poder sentarse en la silla alta sin "colapsar" hacia un lado. Además, a esta edad debería haber perdido el llamado reflejo de extrusión, según el cual tiende a sacarse de la boca todo lo que no sea líquido, incluida una cuchara, por supuesto. En definitiva, alrededor de los 6 meses un recién nacido parece más preparado para el destete, aunque hay que decir que para algunos bebés esto no es del todo así y hay que esperar.
Destete precoz a los 4-5 meses
Decíamos que es el pediatra quien inicia el destete. Conoce a nuestros hijos desde que nacen, sabe cuál ha sido su peso a lo largo del tiempo, si ha habido algún problema particular de salud o con la lactancia. En algunos casos, por tanto, podría sugerir un destete precoz, incluso a los 4-5 meses.
Las razones de esta elección son variables. Por lo general, nunca se recomienda si la lactancia materna está progresando bien y el bebé crece regularmente en peso y longitud. Si, por el contrario, está tomando leche de fórmula o si la lactancia es mixta (materna y fórmula), el pediatra puede introducir fruta o una comida sólida. Otras razones podrían incluir retraso en el crecimiento o trastornos como el reflujo gastroesofágico.
Pero los expertos en nutrición recomiendan que tengas cuidado. El destete demasiado temprano podría tener repercusiones en la salud de los bebés, por ejemplo, con el desarrollo de alergias. Si te interesa saber más, hablamos de ello AQUÍ.
¿Por qué empezar a destetar?
Esencialmente hay 3 razones:
- necesidades nutricionales: la leche por sí sola ya no es suficiente para satisfacer todas las necesidades nutricionales del bebé, que está a punto de duplicar su peso. El pequeño necesita un mayor aporte calórico y alimentos ricos, por ejemplo, en hierro y proteínas.
- sistema digestivo más maduro: alrededor de los 6 meses es capaz de asimilar otros alimentos además de la leche.
- desarrollo neuromuscular más avanzado: ahora el niño es capaz de tragar alimentos más consistentes, mientras que hasta los 5-6 meses sólo puede succionar.
Consejos prácticos para iniciar el destete
Partiendo del supuesto fundamental de que cada niño es único y que las reacciones al nuevo alimento pueden ser diferentes, se pueden dar algunas sugerencias generales.
- No tengas prisa: al principio, la primera comida es solo una secuencia de pequeñas degustaciones que sirven para que se familiarice con la novedad.
- Ofrece un alimento nuevo a la vez: antes de introducir otro, espera un par de días. Ayudarás a tu hijo a apreciar y saborear los diferentes sabores y notarás reacciones de intolerancia.
- Comience con dosis pequeñas: el estómago aún es pequeño. Aumente gradualmente a medida que el niño muestre interés en la comida.
- Proponer pero no imponer: obligar a comer puede tener repercusiones negativas en la relación del niño con la comida, tanto ahora como cuando sea mayor.
- Varíe gradualmente los alimentos: esto lo educará en varios gustos y le proporcionará todos los nutrientes de los diversos alimentos.
- Elige alimentos digeribles y prepáralos con la máxima higiene.
- Controla la temperatura de la papilla: nunca debe estar demasiado caliente.
- Pídale que use un babero grande, sin duda será útil. Además, quítate esa bonita blusa de seda antes de empezar, ¡corres un alto riesgo de salpicarte!
Destete: cómo empezar
En esto, el apoyo del pediatra es fundamental. Será él quien nos dirá qué alimentos introducir primero, en qué secuencia proponerlos, en qué cantidades. No existen modelos rígidos para todos, también porque las necesidades nutricionales de cada niño son diferentes. Sin embargo, algunas "reglas" son adaptables a todas las situaciones.
Por lo general, la fruta se introduce primero, la más sencilla de administrar tanto por su textura como por su sabor. Luego pasamos a las primeras comidas, que reemplazan una alimentación. Normalmente es mediodía. Los demás se van introduciendo gradualmente: alrededor de un mes después del almuerzo, se agrega la cena (a los 7-8 meses), luego una merienda y, alrededor de los 10-12 meses, el desayuno. La secuencia, sin embargo, no es tan "obligatoria" y puede adaptarse a las necesidades de la madre y el niño.
Destete: la importancia de la trona
Si su bebé todavía tiene dificultades para sentarse bien, puede ser hora de posponer el inicio del destete. La elección de la trona, sin embargo, no debe ser aleatoria, sino realizada con criterio. En primer lugar debe tener una base amplia, para evitar posibles vuelcos. Debe estar equipado con correas de seguridad y una banda que separe las piernas, para sujetar al niño sin peligro de que se deslice hacia abajo.
Las sillas altas clásicas tienen un estante en el frente. Ojo si le pones papilla encima: puede llegar un puñado sin que te des cuenta y esparcir papilla por todos los rincones de la cocina. Otros tipos en cambio (como las evolutivas sillas de madera, que pueden usarse desde bebés hasta mayores) se acercan a la mesa de la cocina. Cuando los niños crecen tienen su lugar a tu lado. Es importante que todos dispongan de un reposapiés para favorecer una correcta posición.
Advertencia: NUNCA deje a un niño desatendido en la trona. Tan pronto como sea capaz de ponerse de pie por sí mismo, intentará mirar hacia abajo y correr el riesgo de caer. Entonces, madres, mantengan siempre los ojos abiertos.