Golpe de succión, Lidiando con el rechazo de los senos

Contenido

  • 1 ¿Qué es la huelga del bebé? 
  • 2 Varias formas de huelga infantil
  • 3 Las causas de la huelga del bebé.
  • 4 Qué hacer en caso de huelga de un bebé
  • 5 ¿Rechazo aparente o real?

Todo siempre salió bien. El bebé se aferró al pecho casi de inmediato. La subida lechosa llegó en muy poco tiempo. Nunca una grieta o un atasco de tráfico. Sin cólicos. En resumen, un libro de texto sobre lactancia materna. De repente, sin previo aviso, todo cambia. El bebé se pone nervioso, llora y, sobre todo, no tiene intención de prenderse al pecho. Es la llamada huelga del bebé, una fase por la que pasan muchos niños y que hace que las madres caigan en picada. ¿Que pasa ahora?



¿Cuál es la huelga del bebé? 

Esta es obviamente una expresión fundamentalmente irónica que identifica ese preciso momento en el que un recién nacido no quiere mamar. Parece inquieto, a menudo llora, se prende y se quita del pezón o no tiene intención de prenderse. Generalmente, es una fase que no dura mucho. En 3-4 días la situación debería normalizarse. Pero son 3 o 4 días los que pueden llevar a una mujer a la desesperación. 

"¿Y cómo hago ahora?"; “¿Cómo puedo alimentar a mi bebé?”, “¿Pero este ayuno no será peligroso?”. "¿Pero será que ya no tengo leche?". Las preguntas son muchas y dictadas por el temor de que esta actitud pueda tener consecuencias en la salud del niño. Por lo general, la creencia más común es que ya no tienes leche. Recordemos que la succión hace que se produzca en abundancia. 

Diversas formas de huelga infantil

El Instituto Superior de Salud enumera varios tipos de rechazo mamario:


1- el niño se prende pero luego no succiona ni traga, o lo hace muy débilmente;
2- cuando la madre intenta llevarlo al pecho llora y se enfada;
3- el bebé se prende brevemente y luego se suelta repentinamente como si se ahogara o llorara. Esto puede suceder varias veces durante una alimentación.
4- el recién nacido se prende de un seno, pero rechaza el otro.


Las causas de la huelga del bebé.

Hay muchas razones por las que un bebé dice que no al pecho de la madre. Para resolver el problema y reiniciar la lactancia, debe comprender cuáles son. Es precisamente allí donde se debe actuar. 

El niño está enfermo o tiene dolor.

Si al bebé le molestan las molestias físicas, es posible que se prenda y succione menos de lo habitual. Esto sucede por ejemplo si tienes dolor de oído o de garganta, congestión nasal o alguna molestia en la boca. Las infecciones por cándida o aftas pueden ser muy dolorosas. Por lo tanto, puede suceder que la alimentación se detenga después de un tiempo muy corto. La erupción de los dientes también puede dificultar la lactancia.

Además, puede sentir dolor porque hay presión sobre un hematoma. Por ejemplo, si has usado fórceps o una ventosa en la sala de partos o si has tenido distocia de hombro, dependiendo de cómo lo coloques, puedes estar sufriendo. 

Dificultades prácticas con la lactancia

Algunos problemas en la técnica de amamantar pueden estar en la base del golpe del bebé. P.ej:

  • uso de biberón o chupete.
  • Enganche incorrecto o congestión mamaria.
  • Presión excesiva en la nuca.
  • Movimientos de los senos durante la succión.
  • Limitación en el número o duración de las tomas, por ejemplo a horas fijas (este principio es completamente opuesto al concepto de lactancia a demanda, es decir, cuando y durante el tiempo que el bebé quiera).
  • Flujo de leche demasiado fuerte debido a una producción excesiva o un reflejo de emisión demasiado fuerte. 
  • Dificultad inicial para coordinar la succión. 

Cambios alrededor del bebé


Desde que son bebés, los bebés son muy sensibles a todo lo que les rodea. Ni siquiera nos damos cuenta y de hecho nos parece imposible que noten cambios mínimos. Pero este no es el caso y la lactancia puede ser severamente probada. Por lo tanto, entre los 3 y los 12 meses puede suceder que se nieguen a mamar por: 


  • separación de la madre que, por ejemplo, vuelve al trabajo;
  • una nueva figura que lo cuida o demasiadas personas que lo hacen;
  • cambios repentinos en la rutina diaria, como mudarse o viajar;
  • la enfermedad de la madre o una infección mamaria;
  • un olor o perfume diferente al de mamá, por ejemplo si cambia el gel de ducha o el jabón.

Qué hacer en caso de huelga de un bebé

Primera regla: ármate de mucha, mucha paciencia. Entrar en pánico o ponerse nervioso solo tiene un efecto: empeorar la situación. Entonces, habiendo entendido que esta es una fase transitoria, hagamos un llamado a toda nuestra sangre fría. 

Lo más sencillo es intervenir sobre las causas que han provocado la “protesta” del recién nacido. En caso de infecciones, por ejemplo, es necesario tratarlas. Si tu cachorro tiene la nariz tapada, hazle un lavado nasal antes de sujetarlo al pecho para que pueda respirar mejor. Además, es una buena idea intentar que ataque durante menos tiempo pero con más frecuencia. 

En cuanto a los problemas críticos relacionados con la lactancia materna en sí, puede ser útil contactar a un asesor o a una au pair que pueda darnos los mejores consejos para mejorarla. Por ejemplo, podría sugerir cómo sujetar al bebé correctamente si hay un flujo de leche muy fuerte o si nos equivocamos completamente en la posición.


La gestión de los diversos cambios que pueden ocurrir en la familia es más compleja. Hay poco que hacer si la madre tiene que volver al trabajo, si hay una nueva niñera o una mudanza. Ahí hay que intentar tener la famosa paciencia que decíamos más arriba y esperar a que el pequeño se calme. 

En cualquier caso, es fundamental que la madre esté en el mayor contacto posible (incluso piel con piel) con su bebé. Delega en otros las tareas que no requieran expresamente tu presencia y tu compromiso. El recién nacido tiene prioridad sobre todo. Busque lugares tranquilos para abrazar y amamantar sin interferencias ni distracciones. 


Otros trucos para hacer que se la chupe son atacarlo mientras está medio dormido (dormirse o despertarse) o mientras estás en movimiento (por ejemplo sosteniéndolo en una banda o en brazos y caminando). Si nada funciona, use un extractor de leche y ofrézcale la leche con una taza o una cuchara. 

¿Rechazo aparente o real?

No es fácil comprender si la huelga del bebé es cierta, es decir, si existen condiciones reales que dificultan o imposibilitan la lactancia. En algunos casos no hay rechazo real:

  • cuando el bebé busca el pecho moviendo la cabeza de un lado a otro, como si dijera que no. Es completamente normal, no es una negación.
  • Entre los 4 y los 8 meses, los bebés se distraen fácilmente con estímulos externos, como personas o ruidos. Entonces puede suceder que de repente ningún ciuccino se deje llevar por la curiosidad de lo que sucede a su alrededor.
  • Después de un año, los bebés pueden decidir por su propia iniciativa separarse del seno. Es un proceso natural. 
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