
Contenido
- 1 Elige al pediatra
- 2 Qué hace el pediatra
- 3 Disponibilidad del pediatra
- 4 Otros criterios para elegir un pediatra
Una decisión que casi siempre angustia a mamá y papá cuando llegan sus hijos involucra al pediatra, un médico de confianza y de referencia que todo niño debe tener hasta los seis años, edad en la que se puede optar por el médico general de adultos. Pero, ¿cómo saber si es el correcto?
Elige al pediatra
Los padres pueden elegirlo entre los disponibles en la lista (en el distrito sanitario de referencia) y conservarlo hasta que el niño cumpla los catorce años, es decir, hasta el paso automático del pediatra al médico de familia.
La elección se puede hacer en cualquier momento después de la inscripción en el Registro Tributario, en las oficinas de la ASL de residencia del recién nacido presentando un documento de identidad (de madre, padre o responsable), el código fiscal del niño, el certificado (o autocertificación) de nacimiento, y el nombre del pediatra que desea entre los disponibles.
El niño quedará entonces automáticamente inscrito en el Servicio Nacional de Salud y se le asignará un código sanitario personal que incluirá también la indicación del pediatra. Si el niño no es hijo único, los padres pueden indicar el mismo médico que los otros niños, esto también en derogación del límite máximo - 800 niños por pediatra - y por supuesto si todos son parte de la misma unidad familiar en el oficina de Registro.
En casos especiales, como un problema de discapacidad o una enfermedad crónica, el pediatra puede mantenerse hasta los 16 años de edad del niño.
Lo que hace el pediatra
El pediatra tiene un papel complejo porque no sólo debe sintonizar con sus padres y ganarse su confianza, sino que actúa siguiendo un objetivo muy amplio: la educación para la salud. Por tanto, la labor que realizará un buen especialista, ayudando a papá y mamá a construir y gestionar la relación con el niño, afectará a varios ámbitos, no sólo a las enfermedades. Hablará de prevención, controlará el crecimiento y desarrollo neurológico del bebé, será un verdadero apoyo para los padres.
Entre las tareas principales, también la de proporcionar información específica sobre vacunas y estilos de vida correctos. Además, forman parte de las funciones del pediatra las siguientes:
- visitas ambulatorias y domiciliarias con fines diagnósticos y terapéuticos.
- Certificaciones a los efectos de la admisión a las escuelas infantiles y readmisión a la escuela infantil, la escuela obligatoria y la escuela secundaria superior, y a los efectos de la abstención laboral de los padres después de la enfermedad de un hijo.
- La certificación del estado de buena salud para la realización de actividades deportivas no competitivas.
- La solicitud de investigaciones especializadas, propuestas de hospitalización y tratamientos de spa.
Disponibilidad del pediatra
Los horarios y días de apertura de las clínicas quedan obviamente a criterio del pediatra. La visita domiciliaria está garantizada dentro del mismo día si la solicitud llega antes de las 10. Por el contrario, el médico llegará a casa a las 12 del día siguiente. Discurso diferente para la visita urgente que se realiza a la mayor brevedad. Los sábados, el pediatra visita el hogar a las 10 am.
Desde las 20 horas hasta las 8 horas los días laborables o desde las 10 horas del sábado (o el día anterior al festivo) hasta las 8 horas del lunes (o el siguiente día laborable) la guardia médica está activa. Hay pediatras que siguen estando disponibles para contestar llamadas o mensajes aunque estén "fuera de servicio", mientras que otros son más estrictos. Esta es también una elección personal.
Otros criterios para elegir un pediatra
Finalmente, en la elección de un médico tan preciado, no se pueden excluir ni los aspectos más prácticos y organizativos: por ejemplo, ¿la oficina está cerca de casa, es conveniente llegar tanto en automóvil como en transporte público? ¿Hay barreras arquitectónicas?
Y si ambos padres trabajan, también es bueno verificar los horarios de la cirugía y tratar de comprender la disponibilidad total del médico, es decir, si se le puede encontrar al teléfono fuera del horario de referencia y/o si responde las preguntas que se le hacen por correo electrónico.
Como con todas las cosas, el papel del boca a boca e Internet no debe subestimarse. En particular, si en la primera experiencia, los nuevos padres a menudo confían en lo que les sugieren amigos que ya tienen hijos mayores. Puede ser beneficioso hacerles preguntas personales sobre sentimientos y comportamientos no relacionados con la enfermedad en sí. Por ejemplo, si el pediatra está disponible para escuchar, si está actualizado, si los niños están a gusto con él/ella, si transmite emociones positivas.