Pre-alarma gore: las mujeres están obsesionadas con el peso del embarazo

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Pregoressia, trastorno alimentario en el embarazo

En el país cerca de 3 millones de personas se ven obligadas a vivir con una desorden alimenticio. El 96% de ellos son mujeres aunque el componente masculino va en aumento. Y a las dolencias más comunes, bulimia, anorexia y trastorno por atracón, formas cada vez más populares de ortoresis, borrachera y pregoresia, en este último caso en mujeres embarazadas. Sin embargo, desde el punto de vista de la mortalidad, la anorexia sigue siendo la más peligrosa: se estima que entre el 5 y el 10 % de los pacientes no sobreviven. Para dibujar la imagen, en vista de la Día del Lazo Lila el 15 de marzo, dedicado a los trastornos alimentarios, es Annalisa Venditti, psicoterapeuta, experta en trastornos alimentarios del Grupo Ini, Instituto Neurotraumatológico el paeseno.





"Entre los nuevos trastornos - explica el experto de Adnkronos Salute - encontramos elortoresis, una forma de atención anormal y obsesiva a las normas dietéticas saludables, a la elección de los alimentos en función de sus características - explica - la borrachera, conducta alimentaria peligrosa encaminada a comer poco para compensar el aporte calórico introducido por las sustancias alcohólicas, con el fin de controlar el aumento de peso. Pero también el pregoresia, por lo que las mujeres embarazadas, obsesionadas con la posibilidad de engordar, se someten a dietas muy restrictivas y a ejercicios prolongados, poniendo en peligro su propia salud y la del feto”.

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“Independientemente de las formas que tome la obsesión por la delgadez, la dieta, la alimentación y su control, los datos son alarmantes -advierte Venditti- porque estos trastornos conducen a graves consecuencias a nivel físico, psíquico, social y laboral - continúa la experta - Toda la vida empieza a girar en torno a la comida y el miedo a engordar y ya no eres capaz de estudiar y trabajar, e incluso las actividades sociales se convierten en motivo de ansiedad”.



“La nutrición es una función biológica primaria -reflexiona Venditti- y cuando se ve comprometida las consecuencias afectan a todos los ámbitos de la vida. La edad más probable de aparición es la adolescencia, pero los signos deben ser reconocidos oportunamente: cuanto más temprana sea la intervención , mayores serán las posibilidades de éxito”.


Entonces, ¿cuáles son los síntomas que deberían alarmarnos? “Pérdida extrema de peso repentina; atención morbosa a las cantidades de alimentos; control obsesivo de la calidad de los alimentos ingeridos; ayuno; grandes desapariciones de alimentos o hallazgos en lugares inusuales; crisis bulímicas (ingerir una gran cantidad de alimentos en un corto período de tiempo). tiempo)", dice el experto.

Y nuevamente: “Selectividad alimentaria extrema; amenorrea o menstruación irregular; aislamiento social repentino; actividad deportiva intensa; vómitos para controlar el peso, callosidades en el dorso de las manos; uso de anoréxicos, laxantes o diuréticos para controlar el peso; rituales alimenticios inusuales; obsesión por el control de peso o evitación total por miedo a saber; nerviosismo y sufrimiento psíquico”, concluye el experto del Grupo Ini.

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