Primogénito, cómo llevar bien la llegada de un hermanito

Contenido

  • 1 Las reacciones del primogénito al embarazo
  • 2 Porque los primogénitos son celosos
  • 3 Primogénitos: Instrucciones para los padres
  • 4 Primogénito: el papel del padre

¿Cuántos primogénitos entre vosotros? ¿Y cuántos años de diferencia tienes con tus hermanos? No son preguntas para iniciar uno de esos divertidos e inverosímiles tests sobre las peculiaridades de los personajes, sino un pequeño viaje en el tiempo para comprender mejor cómo comportarse cuando se es padre de más de un hijo.



Viví en primera persona la experiencia de pasar de hija única a hermana mayor, 7 años y medio mayor que la que hoy se ha convertido en mi mejor amiga. Pero el camino no fue fácil porque, en mi caso, inmediatamente sentí que tenía que ser la hermana responsable, la que siempre estaba atenta y eso me hizo perder un poco el carácter despreocupado de la niña. 

Las reacciones del primogénito al embarazo

A menudo surgen dificultades debido al cambio repentino en los gestos cotidianos de los padres, que se ven obligados a hacer frente a diferentes necesidades. Por un lado las del recién nacido, por otro las del primogénito. Niños que, sobre todo si son muy pequeños, aún no han adquirido las herramientas para analizar y comprender el nuevo equilibrio familiar.

En particular, los niños menores de 4 años tienden a mostrar fuertes celos hacia el recién llegado, pero es una reacción "sana" y fisiológica que debe ser encauzada y manejada por los padres de cierta manera, para transformarla en una oportunidad de crecimiento y autoconfianza.

Porque los primogénitos son celosos

Los primogénitos son naturalmente celosos de sus padres, de esa dimensión de singularidad que sienten que han perdido: una manifestación de inseguridad por el temor de que el amor de mamá y papá ya no sea el mismo de antes. La ira y la hostilidad, los desafíos constantes son típicos de un sentimiento de celos. A veces incluso aparecen dolencias menores en el cuerpo, es decir, una clara somatización del problema. Otra modalidad se refiere a las regresiones: orinarse, querer un chupete, hablar menos claro están entre las acciones más frecuentes.



A menudo los niños piden un hermanito, pero esto no significa que, en realidad, no enfrenten pequeños inconvenientes hechos de celos y agravios. De hecho, el recién llegado es percibido como una amenaza. Un extraño, un intruso, un rival que ocupa su lugar en los brazos de mamá y papá. El miedo que se desencadena está ligado a la angustia de ser abandonado, apartado y rechazado. Aquí las reacciones son diferentes. 

Primogénitos: Instrucciones para los padres

Entonces, ¿qué deben hacer o no hacer los padres? Eso sí, no deben esperar que un niño de 2 o 3 años sea capaz de aceptar y comprender “como si fuera grande”. En verdad, no lo es, y no debería ser obligado a asumir el papel de "hermano mayor". Mamá y papá, por su parte, deben ayudarlo en el camino destacando todos los aspectos positivos de los que se puede beneficiar gracias a la llegada de su hermanito. 

Por lo tanto, la consigna será la implicación. Cuanto más se involucre el hijo mayor en el proceso de espera, en la elección del nombre, de la ropa, en los cuidados futuros, más se sentirá importante y comprenderá que tiene un papel muy especial dentro de la familia. 

Además, casi siempre, el recién llegado tendrá comportamientos diferentes a los que tendrá el primogénito, al igual que los padres se comportarán de forma distinta más allá de los esfuerzos que harán por mantener una línea aparentemente igualitaria en el tiempo. Por eso siempre es preferible evitar las comparaciones a todos los niveles. Los niños son únicos, al igual que las actitudes personales que desarrollarán más tarde (independientemente de la información que reciban). La mayoría de las veces, de hecho, los días "caprichosos" de los más grandes son solo fugaces.


Es importante confirmar su amor por el primogénito y enseñarle poco a poco a compartirlo con los más pequeños. Antes de que nazca tu hermanito, lo mejor es informarle de lo que está pasando y responder a sus preguntas. Durante la lactancia, que es un momento delicado, puede hacerse asistir por el mayor, dirigiéndose a él con mucha ternura y cariño, demostrándole que el amor por él permanece intacto y constante. 



Primogénito: el papel del padre

El papel del padre asume gran importancia en estos casos. Es él quien puede dedicar tiempo exclusivo al primogénito, compartiendo experiencias que lo hacen sentir mayor. El padre puede mostrarle lo que hay fuera de los muros de la casa, introduciéndolo al mundo social.

Por último, colmar de regalos a los primogénitos (siempre hablamos de niños menores de 5 años) para mantenerlos bien es uno de los errores más comunes y menos efectivos. Lo que realmente buscan es la confirmación de que siguen siendo importantes en términos de afecto y espacio. Los padres deben armarse de santa paciencia y evitar centrarse sólo en el más pequeño o, al contrario, descuidarlo sólo para complacer al mayor.


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