Se acabó el tiempo, pero el bebé no quiere nacer. ¿Qué hacer?

¿Qué hacer si el bebé no quiere nacer?

El embarazo tiene un duración media de 40 semanas, pero también se consideran a término los nacidos entre las 38 y las 42 semanas, es decir, con una diferencia de quince días antes o después de la fecha presunta del parto. Sin embargo, si el embarazo continúa más allá de la madre esperada y el bebé es sometido a controles y seguimiento continuos para verificar su estado de salud y si se exceden los 10-14 días más allá de la DPP (fecha de nacimiento presunta), el ginecólogo decide intervenir administrando fármacos para inducir la laboral y parto

Hemos llegado a su fin, cansados ​​y cansados ​​y no podemos esperar a que nazca el bebé. La maleta está lista, la canastilla también., ¡pero él simplemente no quiere saber acerca de venir al mundo! Entonces nuestro ginecólogo decide tenernos bajo control, nos hace realizar los "rastros" (cardiotocografía o seguimiento) para controlar los latidos del corazón del bebé y para ver si el dispositivo detecta alguna contracción pero nada parece moverlo. Así que un buen día, cuando estemos ahora en Primera semana el ginecólogo explica la situación: la placenta ahora es vieja y continuar con el embarazo podría significar que el bebé carezca de nutrición y oxígeno, además, el líquido amniótico también podría caer demasiado por debajo de los niveles normales (oligohidramnios) creando problemas para el niño , por lo que hay que intervenir ... ¿¿INTERVENIR?? ¿CÓMO? Hay varios métodos y también en otros casos, si se da que el niño crece demasiado (macrosomía fetal) o si la madre sufre diabetes gestacional o gestosis (en este caso incluso antes de la semana 41) se decide dar a luz con un poco de ayuda.





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Embarazo más allá del término, qué hacer

  • El parto inducido

En este caso se utilizan fármacos específicos que inducen el inicio de la trabajo de parto estimulando artificialmente la aparición de contracciones. Naturalmente, la gestante debe ser objeto de un seguimiento constante al igual que el bebé, por lo que la administración de fármacos (prostaglandinas) para iniciar el parto debe realizarse bajo estricto control médico, quien decidirá caso por caso si continuar o intervenir en otros formas.



  • El parto guiado

Si el trabajo de parto ha comenzado pero las contracciones no son lo suficientemente fuertes o rítmicas como para no permitir la dilatación adecuada del cuello uterino, el ginecólogo puede decidir pilotear el parto, guiando su evolución a través de fármacos específicos (oxitocina) que regulan las contracciones y el parto. Esta tecnica se usa solo cuando el trabajo de parto ya ha comenzado espontáneamente, pero se necesita ayuda para acortar el tiempo

  • Los medicamentos que nos ayudan

Si el ginecólogo decide intervenir, dependiendo de la situación, se utilizarán prostaglandinas y oxitocina. Las prostaglandinas son sustancias naturales generadas por el organismo, pero en este caso cuando la mujer no las produce o no en cantidad suficiente para desencadenar el parto, se administran producidas artificialmente, en forma de gel o bujías incandescentes. Se introducen en la vagina a intervalos de 6/12 horas, 2/3 veces; estos tienen la función de ablandar el cuello uterino ayudándolo a dilatarse e iniciar contracciones. A través de estas sustancias el cuello uterino se prepara para el parto

L'oxitocina es una hormona producida por la pituitaria y se utiliza para provocar contracciones donde no aparecen espontáneamente, pero también para regularlas en caso de que el laboral ya esta iniciado. Se administra en forma de goteo intravenoso y la cantidad depende de la respuesta que dé el organismo de cada mujer embarazada.


  • Cómo nos controlan en caso de que el parto sea inducido o controlado

La presión de la madre debe ser monitoreada constantemente ya que debido a estos medicamentos podría sufrir un aumento repentino, especialmente si la madre ya sufría de hipertensión arterial; Es fundamental la colaboración por parte de la parturienta, quien debe informar inmediatamente al personal médico de la aparición de cualquier síntoma como migraña, náuseas, somnolencia, visión borrosa, etc. En estos casos, de hecho, podría decidirse la suspensión inmediata de los medicamentos. El bebé, por su parte, debe ser mantenido bajo control con el cardiotocógrafo, que detecta la frecuencia cardiaca destacando cualquier padecimiento, comprobando la cantidad de líquido amniótico mediante ecografía del colgajo y amnioscopia que permite comprobar si el el líquido amniótico está "limpio" o si tiene restos de meconio, sangre, etc.


  • A veces se necesita amnioressi

La amniorexis es la ruptura artificial del saco amniótico. Por experiencia personal, puedo garantizar que es absolutamente indoloro y, de hecho, de un inmenso alivio, ya que una vez que se rompe el saco, ¡el bebé tardará muy poco en nacer! Practicar amnioressi el ginecólogo o matrona utilizará un pequeño instrumento puntiagudo que, al tocar las membranas, las romperá provocando la pérdida del tapón mucoso y líquido amniótico. De esta manera las contracciones se harán más regulares y el trabajo de parto será más rápido y más breve.

  • ¿Cuándo no se deben utilizar estos métodos?

Si la madre sufre problemas oculares graves, si sufre de asma, si tiene placenta previa (es decir, delante de la "salida"), si hay sangrado continuo, si el peso estimado del bebé es inferior a 2 kg o si está demasiado grande y se sospecha una desproporción feto-pélvica o si el trazo muestra una sufrimiento fetal. A veces también en otros casos, si el embarazo es de mellizos o si a la gestante se le ha practicado una cesárea a corta distancia, se puede excluir la posibilidad de inducir el parto por medios naturales.

  • ¿Qué pasa si se necesita una cesárea de emergencia?

En algunos casos, cuando surgen problemas durante el parto, ya sea de forma espontánea o inducida, se considera necesario recurrir a cesárea (cesárea de emergencia).
Los casos son estos:

  • el bebé tiene el cordón umbilical alrededor del cuello que impide su afluencia;
  • el latido del corazón del bebé cae repentinamente revelando dolor;
  • el cuello uterino no se dilata lo suficiente a pesar de los medicamentos administrados;
  • se produce un desprendimiento de la placenta;

En estos casos se prepara a la parturienta para la cirugía y si la situación no es crítica podrá ver al recién nacido porque se le hará raquianestesia.

 

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