Contenido
- 1 ¿Qué es el andador?
- 2 ¿Para qué sirve el andador?
- 3 ¿Por qué no usar el andador?
- 4 Consejos para usar el andador
- 5 Andador: cuál comprar
Hasta hace unos años, el andador era un auténtico “must”, un objeto presente en todos los hogares donde había un niño luchando por descubrir el mundo. Y, si lo pensamos bien, su comodidad parecería obvia: cuando un bebé de 8-10 meses empieza a gatear o ponerse de pie, ¿qué mejor que colocarlo en el andador para que se mueva un poco mejor? Con el beneficio -entre otras cosas- de los padres que no tienen que darle caza cada segundo porque no remedia algunos baches.
En realidad, las cosas no son tan así y, en los últimos tiempos, el uso del andador ya no está de moda. Y esto es por razones de salud y seguridad. Sí, porque la mayoría de pediatras y especialistas en desarrollo infantil coinciden en que el andador es un obstáculo para el crecimiento natural de nuestros hijos. Y ahora veamos por qué.
que es el andador
Como bien sabéis todos, el andador es una estructura con ruedas a la que se le acopla un asiento, una especie de braguita en la que poner al niño que empieza a dar sus primeros pasos, pero que aún no es autónomo y no puede andar. Los más modernos están “equipados” con una estantería delante con juguetes, como marionetas, bolas de colores que el niño puede girar o botones para pulsar y poner la música.
para que sirve el andador
El objetivo del andador debe ser ayudar al bebé a aprender a caminar o al menos a dar los primeros pasos, colocando un pie delante del otro. Los expertos, en cambio, argumentan que el caminante no favorece la maduración armoniosa entre la capacidad de percibir la realidad, el deseo de moverse y la capacidad real para hacerlo.
¿Por qué no usar el andador?
Vamos a practicar. Al estar en la braga, el bebé no desarrolla el sentido del equilibrio. Salvo que se vuelque (y puede pasar), el andador evita que el bebé se caiga, lo cual es una "lección" importante porque le permite entender qué le puede pasar y cuáles son sus límites, ser un poco más precavido y aprender de sus errores. Por supuesto, a todos nos preocupan las caídas de nuestros hijos, pero sobre todo cuando son pequeños son necesarias. Suena loco, pero no lo es.
Otro problema del andador es que la postura del bebé no es saludable. Además de estar con las piernas entreabiertas (y para las caderas no es lo mejor), la pequeña se pone de puntillas. Y eso tampoco es bueno.
Un rotundo no al andador provino de la Academia Estadounidense de Pediatría y en Canadá incluso están prohibidos. En definitiva, parecería mucho más saludable dejar a los pequeños en el suelo, gatear el tiempo que sea necesario y libres para poder levantarse o dar sus primeros pasos, por ejemplo empujando su cochecito o una silla pequeña. Obviamente no se les debe dejar completamente solos. Y aquí vamos al grano: el andador es cómodo para los padres que no se ven obligados a permanecer inclinados sobre sus hijos o sentados en el suelo.
Consejos para usar el andador
De todas formas, si aun así decides utilizarlo, quizás en determinados momentos del día, intenta respetar algunas normas. En primer lugar, nunca vaya demasiado lejos: los niños pueden ser muy rápidos, especialmente en las bromas. Un momento de distracción es suficiente y pueden echar a correr rápidamente hacia las escaleras o la chimenea encendida o quitar el mantel de la mesa, con todo encima. O, de nuevo, en un intento de atrapar la cola del gato, podrían terminar boca abajo con todo el andador.
Andador: cuál comprar
Si desea realizar esta compra, elija modelos seguros, que estén certificados y homologados según la normativa vigente. No debe haber piezas fácilmente desmontables (incluidas las pinturas) ni mecanismos de bloqueo en los que los niños puedan meter los dedos. Hay andadores que tienen un mecanismo de seguridad particular que los bloquea cerca de un escalón. Fundamental para evitar accidentes.
Texto actualizado el 12 de agosto de 2022
